miércoles, 30 de julio de 2008

Vivir con HIV, crónica de una esperanza


Por Alejandro Azaroff




El HIV es el virus de la inmunodeficiencia humana y el SIDA es un conjunto de enfermedades que se denomina síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Esta diferencia marca, en muchos casos, el límite entre vivir o esperar la muerte.

Desde su surgimiento masivo en la década del 80 el SIDA se transformó en el fantasma de la modernidad.
Definido inicial y erróneamente como “peste rosa” o enfermedad de los homosexuales marcó el inicio de una década de discriminación homofóbica, miedo y desinformación, además de un nuevo desafío para el campo médico.

Con el paso del tiempo se concluyó en que nadie muere de sida, sino que la muerte viene porque, una vez desarrollado el virus, el sistema inmunológico se vuelve ineficiente y cualquier enfermedad como tuberculosis, toxoplasmosis, meningitis, neumonía, pulmonía o una simple gripe, hace que el organismo no pueda generar defensas.

Desde Huilliches decidimos entrevistar a Gustavo Díaz, un portador de HIV que, con su testimonio, deja en claro que se puede vivir con el virus.

Es miembro fundador de la organización Civil “Patagonia Positiva”, donde se trabaja con gente que tiene el virus del HIV. Díaz también tiene el virus en su sangre y nos contó cómo afrontó su vida después de enterarse que era portador de HIV.
El día de la entrevista con Gustavo, debo confesar que llevaba muchas dudas en mi cabeza.

¿Cómo sería vivir con HIV? ¿Se vive más rápido y desesperado sabiendo que te vas a morir? ¿En el caso de padecerlo no podes tener sexo en toda tu vida para no contagiar?. En fin, dudas tan simples como importantes para consultar y entrar en el mundo del HIV.

Generé el contacto telefónico con Gustavo gracias a un colega y lo llamé para ver cuando podíamos encontrarnos a conversar. "Ahora estoy en Buenos Aires, llego el sábado", me respondió en el primer dialogo que entablamos y ese mismo sábado se bajo del colectivo y nos encontramos para hablar.

Cuando lo vi, me impresionó su altura y su fisonomía. Esperaba encontrarme con alguien más flaco y deteriorado, es decir con el estereotipo que vende el mercado de la imagen. Primera conclusión errónea: Gustavo mide casi dos metros y pesa120 kilos.

Nos saludamos y entramos a mi oficina. Nos sentamos y en ese momento me surgió otra duda: ¿lo invito a tomar mate?, pensé, pero al final, quizá por pudor o miedo, no le dije nada y comenzamos a dialogar.

Lo primero que le pregunté es qué es el virus del HIV y cómo fue descubrir que era portador.

Sobre la marcha me hizo una aclaración: "Una cosa es tener VIH y otra cosa es tener SIDA; el VIH, como la palabra lo denomina, es el virus de la inmunodeficiencia humana y el SIDA es un conjunto de enfermedades que se denomina síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Esto significa que es la etapa terminal de un enfermo de HIV, cuando su organismo no responde a tratamientos o no puede recuperarse de alguna enfermedad de la cual se contagió".

La siguiente pregunta fue sobre cómo se enteró que era portador del virus: "Empecé a adelgazar en forma progresiva; era ir a pesarme todos los días, y todos los días era un kilo menos. Me lo detectaron a los 33 años y jamás había ido a un médico, a lo sumo cuando me quebré la muñeca jugando al básquet, después nunca supe lo que era un hospital".

Me comentó además que uno de esos amigos, que nunca faltan y que están en las buenas y en las malas, lo llevó engañado al Hospital. "Este amigazo del alma me dijo un día, “acompáñame hasta una imprenta”, y terminé adentro del Hospital Muñiz, donde me hicieron unas placas y me dijeron que no me podía ir".


Ahí estuvo 20 días donde le realizaron diferentes estudios y el primer diagnostico que le dieron fue tuberculosis.

"Me hicieron una serie de análisis que en ese momento no sabía para que eran; hoy se que es CD4 y CD8, que es una forma de medir la cantidad de defensas que alguien tiene en el organismo", explicó.

N d R
: A modo de informarles a nuestros lectores un organismo normal, que no se encuentra inmunodeprimido y no carece ninguna enfermedad patológica, tiene 1500 defensas como mínimo. Gustavo Díaz tenía 4.

"Lo que andaba por el aire me podía producir una enfermedad, entre al hospital por una tuberculosis y ahí adentro me contagie de un parasito que se llama neumosistis y ataca a los pulmones", comentó.


"Un día me dijeron que no tenían una buena noticia para mi, que lamentablemente había adquirido el virus y lo llevaba en mi sangre. Tuve esos dos días de ahora qué, a quien se lo digo", mientras parecía revivir aquel momento.

"Decidí que la primera persona que se tenía que enterar era la mujer que me dio la vida".
Como es lógico, la noticia no le cayó bien pero Gustavo explicó que tanto su madre, como todas las personas de su barrio ubicado en Merlo, provincia de Buenos Aires, le salvaron la vida.

Mi duda principal era cual había sido la reacción de Gustavo ante la noticia de que tenía VIH.
"No me deprimí, debo reconocerlo -me dijo-, estuve tres años sin tener relaciones sexuales con nadie, aun sabiendo que podía hacerlo con una persona que no tuviera el virus, usando preservativo. Porque es la única forma de prevenir".


El contexto actual del virus en la Argentina

El HIV es un virus que entra en el organismo puede tardar años en manifestarse. Allí esta el problema de la transmisión, porque la persona que tiene el virus y no lo sabe sigue su vida normalmente y durante ese tiempo puede mantener relaciones sexuales sin profilaxis.

El virus también penetra por el ámbito económico, ya que hay muchas mujeres que son trabajadoras sexuales y ejercen la prostitución para poder darles de comer a sus hijos.

Esa situación, complementada con el desconocimiento de no usar preservativos, genera una transmisión masiva que repercutirá años después, cuando la persona tome conciencia de la magnitud del virus.

Aquellas personas más expuestas o en riesgo a contraer el virus son quienes consumen drogas, alcohol y tabaco ya que ese conjunto de hábitos o conductas de riesgo a la que se expone la persona, permite que se bajen las defensas del organismo y al penetrar el virus en un cuerpo indefenso comienzan los inconvenientes.

Otra de las realidades que vive nuestro país es que el HIV en los adultos mayores se fue incrementado. De un 5 % que figuraba en los registros a un 15 % del total de 50.000 personas en el país.

El motivo principal de la escalada numérica es la creación del "Viagra", ya que el uso que le dan muchas personas que pertenecen a la tercera edad mantiene en vigencia la actividad sexual, pero no la conciencia de cuidarse utilizando preservativo.


Fundación Patagonia Positiva

Esta organización se fundo en el año 2006 y uno de sus primeros logros fue realizar un encuentro de personas con VIH, de toda la Patagonia en El Cóndor. Se acercaron 120 personas y fue un evento declarado de interés cultural por la municipalidad de Viedma, la legislatura rionegrina, el Parlamento Patagónico y por la Cámara del Senado de la Nación Argentina.

Realizaron un segundo encuentro, pero esta vez llevaron a médicos y enfermeros de toda la provincia. La reunión se concretó en General Roca y participaron laboratorios que trabajaron sobre el tema de las adicciones con el virus para buscar la forma de realizar una reducción de daños a las personas que consumen drogas. También abordaron la temática sobre la nutrición, en las persona con VIH.

1 comentario:

Anónimo dijo...

The nice thing with this blog is, its very awsome when it comes to there topic.