miércoles, 30 de julio de 2008

Cuando las aguas bajan turbias


Por Lorena Suárez



Con el correr del tiempo la contaminación de los ríos Negro, Limay y Neuquén se convirtió en una realidad. Un grupo de vecinos auto convocados reclama el derecho al uso del agua. En los últimos meses se han denunciado los distintos modos de contaminación.

El río Negro forma parte de uno de los afluentes más limpios en todo el planeta y sin embargo la contaminación no está ausente. Este tema no parece tener la atención necesaria, teniendo en cuenta la cantidad de habitantes que dependen de éste caudal y de las muchas industrias que explotan sus corrientes.

Sin embargo existe un grupo de vecinos auto convocados que decidieron no esperar a que la contaminación sea irreversible.

Los ciudadanos auto convocados luchan por la sanidad de los ríos Limay, Neuquén y Negro, todos pertenecientes al mismo afluente ya que, según establecen los archivos, la primera denuncia relacionada con la contaminación cloacal, industrial y agroquímica, fue formulada en el año 1962 por Néstor Gómez, Oscar Sanguinetti y Alberto López, vecinos de la ciudad de Viedma, quienes navegaron el río en toda su extensión cargando un cartel con la frase "Auxilio, el río se ahoga".

Elvio Mendioroz, integrante de la fundación Uñopatún y referente de los vecinos auto convocados, explicó que la contaminación ya es visible en la Comarca, aunque el sector más afectado es el perteneciente al río Limay, donde se observa un proceso de eutroficación con la presencia de algas e incluso en algunos lugares ya está prohibida la utilización de los balnearios.

La intención de estos vecinos es frenar la contaminación, agravada principalmente por el derramamiento de residuos cloacales antes de que las aguas se vean seriamente afectadas, aunque las asambleas y pedidos no han obtenido adhesiones que respalden la magnitud del pedido.

Pero hay muchos otros factores que hoy contaminan el río y que preocupan a los ciudadanos que se muestran comprometidos con el futuro, hoy incierto, sobre la sanidad de las aguas.
Sólo hoy sobre el río Limay se derraman más de 30 millones de litros de residuos cloacales por día.

Por otra parte, sobre el río Neuquén, se vierten gran cantidad de residuos derivados de la industria química como fábricas de papel, de baterías, una planta de cloro, frigoríficos, empaques, jugueras, bodegas y sidreras, todas industrias promotoras de la actividad económica de la región.

Los ciudadanos auto convocados explican que los líquidos cloacales de las localidades de Centenario, Añelo y otras cercanas contaminan el río Neuquén como consecuencia del mal funcionamiento de las plantas depuradoras, y la presencia de los plaguicidas, insecticidas y fertilizantes en las aguas pertenecientes al río Negro están en límites superiores a los criterios internacionales para la protección de la vida acuática.

La responsabilidad de los Gobernantes y autoridades

Los integrantes de la asamblea señalan a la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC) como el principal organismo legalmente responsable de administrar, usar, controlar y canalizar la financiación de las obras que garanticen, con absoluta prioridad, la preservación ambiental de los ríos.

Por este motivo, los vecinos peticionaron, a través de la AIC, que el Departamento Provincial de Aguas de Río Negro (DPA); el Ente Provincial de Aguas y Saneamiento de Neuquén (EPAS); y la Autoridad de Aguas de la Provincia de Buenos Aires, les informen y hagan público el estado actual de la red de cloacas, las plantas de tratamiento y la calidad de los residuos cloacales e industriales que hoy son volcados al río desde cada una de las ciudades, poblados e industrias situadas a lo largo de los ríos Limay, Neuquén y Negro con el agregado de que dichos residuos sean analizados antes de que tomen contacto con el agua del río.

Al aludir a la AIC como organismo responsable por el incorrecto destino de los fondos públicos distintos asambleístas señalaron en un informe presentado en mayo pasado, que desde el inicio de su accionar con las provincias y municipios ribereños, al menos en la provincia de Río Negro, la administración de sus primeros fondos por regalías hidro energéticas por un monto de 20 millones de dólares fueron destinados por el entonces gobernador rionegrino, Horacio Massaccesi para el pago de sueldos de los empleados públicos y de allí en más, en cada una de las provincias y los municipios que la integran, los fondos de la AIC siempre tuvieron un destino político- partidario, en lugar de destinarse con absoluta prioridad para la preservación ambiental sanitario del Lago Nahuel Huapi, obvio componente de la cuenca de los ríos en cuestión.

Además aclaran que si bien cada Gobernador e Intendente tiene la responsabilidad de saber las consecuencias de los tratamientos que se realizan en las aguas en cada territorio, es la AIC la que, como ente interprovincial, sabe sobre cada uno de los focos de contaminación cloacal, industrial, agroquímica e incluso petrolera que hoy contaminan y envenenan los lagos y ríos patagónicos, y es sobre la base de reconocimiento que debe primero recomponer cada uno de los focos contaminantes, deteniendo a la vez todo los proyectos de desarrollo municipal o provincial vinculado al caudal hídrico de los lagos y ríos que no incluya la prioridad de recomponer.

Cabe aclarar que según indica el Estatuto que rige a la AIC, para que este organismo intervenga en la recomposición de un foco contaminante, debe existir una denuncia previa formulada desde una provincia o municipalidad sobre otra, a fin de detener uno u otro foco de polución interprovincial que la perjudique.

En este sentido la dificultad reside en el desconocimiento de los gobernantes sobre otros territorios, la inexistencia de denuncias y la prolongación y crecimiento de los focos contaminantes.

Principales focos contaminantes

Existen sobre este efluente siete represas hidro energéticas situadas en los ríos Limay y Neuquén que regulan su caudal. Sus embalses provocan la transparencia del agua ríos abajo y es donde se produce una gran proliferación de algas microscópicas o fitoplancton que luego se verá incrementada en el cauce de los ríos provocando la transformación de su biota.

A esto debe sumarse el volcado en crudo de los efluentes cloacales de las ciudades de Viedma y Neuquén, denunciado por un programa televisivo nacional y que está en el foco de la discusión en lo que va de este año, además de la cantidad y la calidad de los efluentes cloacales de otras 27 ciudades ribereñas a los ríos Limay, Neuquén y Negro.

Existen también diversas industrias, sobre las cuales se ignora la calidad de sus efluentes donde los asambleístas señalaron la industria papelera "Pasta Pulpa Moldeada PPM - Green Pack" que vuelca sus efluentes altamente tóxicos al Canal de los Milicos, afluente del río Neuquén.

Además se anumera el filtrado al agua de los ríos Limay, Neuquén y Negro de una enorme cantidad de venenos agroquímicos utilizados para la producción frutícola y hortícola, los cuales ilegalmente se comercializan y utilizan en forma indiscriminada, sin control alguno y el volcado a las redes cloacales de los diversos tipos de ácidos provenientes de las radiografías hospitalarias, de los negocios de revelado fotográfico, otros de los muchos focos que ensucian el cauce de los ríos.

Consecuencias actuales y futuro

Para los asambleístas la contaminación de los ríos ya es evidente y visible en los aproximados 150 kilómetros de longitud desde su nacimiento hasta la desembocadura y a pesar de la cantidad de agua, la misma no es suficiente para barrer los residuos tóxicos. En algunos sectores cercanos al río Limay se da un proceso de eutroficación con la presencia de algas adheridas a las piedras del río.
Por su parte, en la isla Jordán, balneario de Cipolletti, está prohibido bañarse por la contaminación del agua.

Las represas realizadas sobre el Río Limay no erogan la suficiente cantidad de agua que necesitan tanto los pobladores como la fauna ictícola para vivir aguas abajo, incrementando así la temperatura, el estancamiento del agua en los brazos ribereños, y por ende dando paso al actual proceso de eutroficación y contaminación que padecen los ríos.

Estas acciones provocarían a futuro la imposibilidad de plantear ningún tipo de desarrollo social ni económico sobre las áreas de influencia de estos ríos.

Los ciudadanos auto convocados redactaron una nota dirigida a todas las instituciones de salud para solicitar la apreciación de cada uno de ellos sobre el origen de las patologías gastrointestinales, de la visión y epidérmicas, que se han incrementado en Viedma y Patagones.

Asambleístas solicitan compromiso

El grupo de vecinos preocupados por la contaminación presentaron a todas las autoridades gubernamentales del territorio que recorren los ríos y al Ministerio del Interior de la Nación, una carta donde, entre otras cosas, manifiestan reafirmar su derecho al uso del agua de los ríos Limay, Neuquén y Negro, libres de todo agente contaminante de origen cloacal, agroquímico y/o industrial.

"Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano, y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras y tienen el deber de preservarlo". (Art. 41 de la Constitución Nacional)

Propician para que todos los efluentes cloacales sean trasladados a zonas de secano, a fin de ser tratados y luego utilizados para el riego forestal y piden que ningún tipo de industria cuyos efluentes contengan elementos tóxicos no degradables puedan asentarse en las riberas y/o volcar sus residuos en el cauce de los ríos citados.

Además aclaran que "esta Asamblea no permitirá el destino de fondos públicos para ningún tipo de obra vinculada con el cauce de los ríos Limay, Neuquén y Negro; que no tenga como prioridad la recomposición total de cada uno de los focos de origen cloacal, industrial y/o agroquímico que hoy contaminan y enferman su naturaleza".

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