lunes, 26 de enero de 2009

Manos con historias para contar

Construyendo utopías
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Solo basta con hacerse un rinconcito de tiempo para poder explotar la imaginación, pode jugar y soñar, crear historias y meterse aunque sea por unos segundos en otra realidad, en la realidad de los títeres, y la realidad de esas manos que sostiene a esos títeres y que muchas veces olvidamos pero son ellas las que nos quieren contar algo.


*Por Yanina Miranda





Gabriel Sánchez y Mariana Duhagon se permitieron ese rinconcito, ya hace más de veinte años que juegan al mismo tiempo que trabajan, una unión que a muchos se les hace imposible conjugar, pero ellos si pudieron, volaron con su imaginación, se permitieron soñar hasta que ese sueño fue conformando con el tiempo su realidad.

En el balneario de la ciudad de Viedma, El Cóndor, se los encontró con sus títeres y sus historias desparramando por los lugres un poco de fantasías y utopías.

¿Hace cuánto trabajas con los títeres?

“Hace ya 25 años. En realidad mi formación tiene que ver con el teatro, yo soy director de teatro, para eso estudie. Pero un día conocí a un viejo titiritero y me interesó mucho porque es como el teatro, pero en vez de actores hay títeres y estos te dan algo que los actores no pueden, pueden volar, se les puede salir la cabeza… (Risas). Es decir te permiten entrar en el terreno de lo absurdo y de lo mágico. Y con el tiempo fui dejando de dirigir el teatro y me dedique a los títeres”.

¿En qué momento de tu vida decidiste crear títeres?

“Me fui a vivir a Ushuaia a dar clases de teatro y ahí me di cuenta de que no había nada para niños y lo poco que llegaba era muy malo y caro. Entonces me acorde de los títeres que había visto una vez y empecé, arranque con la primer función hace 25 años. despues el tiempo me llevó a dedicarme más a los títeres que al teatro, hasta que en un momento los títeres me absorbieron, porque encontraba público que es algo que el teatro no tiene, o tiene muy poco. Los títeres son masivos y populares, se divierten tanto niños como adultos, cada uno con su lectura. Empecé con los títeres, y cada vez me pedían más así que fueron tomando mi vida”.

¿Cómo conociste a Mariana?

“En ese andar con los títeres hace unos 20 años me encontré con ella en Las Grutas, estaba con un proyecto llamado “Santo de la luna”, un espectáculo bastante conocido al que se sumó Mariana. Estuvimos dos años de gira por Argentina y Chile, pero después seguimos caminos diferentes hasta hace tres años que nos volvimos a reencontrar. Arrancamos con un espectáculo llamado “los títeres del río” con todos técnicos de Río Negro. Este espectáculo fue elegido como mejor espectáculo infantil del 2008 por el premio a la comedia en la provincia de Buenos Aires”.


¿Se dedican exclusivamente a los títeres?

“Yo me dedico exclusivamente a ellos, pero Mariana da clases en el Centro Cultural de música, plástica, danzas. La idea es vivir de esto y seguir viajando, porque el oficio del titiritero esta ligado al viaje”.

¿Ustedes crean sus historias y a los personajes?

“Escribimos todo, puede surgir una historia a través de una idea o una necesidad. A mi particularmente me preocupa mucho el tema de la comunicación. Creo que hoy en día los seres humanos hemos perdido la facultad de hablar, de escuchar, y por eso intento transitar por todo eso, de que mis títeres hablen con el público y pretendo que escuchen. El tema es encontrarnos en la palabra, básicamente es eso, reencontrarnos, recuperar la comunicación, recuperar la ternura”.

¿Cuál es el mensaje que dejan las historias y los personajes?

El mensaje tiene que ver con las utopías, a pesar de que se hable del fin de ellas, de los sueños, de no poner límites a la imaginación, que todo lo que soñemos es posible. Al poder lograr lo que uno quiere, lo que uno desea, lo lleva a sentirse realizado.

¿Te sentís realizado?

Si, me siento absolutamente realizado, puedo vivir de lo que amo, viajar, conocer gente, descubrir culturas distintas y esto fue gracias a mis sueños, a partir de ellos pude construir mi realidad.
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