miércoles, 2 de abril de 2008

Interiorizando en lo desconocido: el autismo


Joven con problemas de autismo



El aislamiento es una de las características del autismo.

Más que ciencia y más que salud, conocer el interior de cada uno es la mejor forma de no temerle a lo que somos capaces de crear en nosotros mismos. Una mirada distinta sobre una patología que pocos conocen.

Cada ser humano que habita sobre la tierra es único e irrepetible, es diferente a todos y cada uno de los individuos de una misma sociedad. Si bien estos dos conceptos son claros y conocidos, y ya han sido incorporados en cada uno de nosotros desde la niñez, no todos lo asimilan de la misma manera en la práctica; es decir, que cuando llegamos al límite de reconocer a nuestro par, surge un sentimiento instintivo del ser humano: el temor a lo desconocido.Esta vez desde Huilliches quisimos indagar en este temor, pero llevado a un ámbito que sólo expertos en el tema conocen a fondo y no es ni más ni menos, que el mundo paralelo que cualquier persona puede llegar a crear en si misma.Para la ciencia todo posee una explicación, una determinación respecto del objeto que estudia y en este caso, esa realidad paralela es denominada “AUTISMO”.
Esta palabra, este concepto, desde el griego auto- de autós- significa “propio, uno mismo”; y responde a un desorden en el desarrollo del cerebro que comienza en los niños antes de los tres años de edad, y continúa a lo largo de toda la vida.El autismo no discrimina clases sociales y puede encontrarse en todo el mundo. Según estadísticas, afecta a un número de 2 a 10 personas por cada 10.000 habitantes, y ataca cuatro veces más a los hombres que a las mujeres.

Profundizando el tema

Esta patología varía en severidad. Los casos más extremos se caracterizan por una completa ausencia del habla durante toda la vida, comportamientos muy repetitivos, poco usuales, auto dañinos y agresivos.Estos factores pueden persistir con el paso del tiempo y son difíciles de cambiar, lo que genera que convivir, tratar y educar a estas personas se convierta en un reto muy grande.Las formas más leves de autismo conocida típicamente como Síndrome de Asperger, suelen ser casi imperceptibles, pudiendo confundirse con comportamientos usuales en muchas personas tales como timidez, falta de atención, excentricidad y en muchos casos interacción social limitada.Las personas denominadas autistas se caracterizan por poseer intereses intensos e inusuales, así como también un gran apego a ciertos objetos de manera tal que éstas personas podían considerarse expertos respecto de su área de interés, debido al tiempo que le dedican a la misma.


Para tener en cuenta.


Las personas conocidas como “superdotadas” poseen características que se asemejan a las del autismo tales como la introversión y el ser propenso a las alergias, hecho que lleva a especulaciones un tanto controvertidas como que figuras históricas como Albert Einstein e Isaac Newton hayan padecido algún grado de autismo. Vale acotar de manera respetuosa que tomando esto en cuenta, un poco de autismo en cada uno de nosotros podría ser útil para conseguir el éxito.Durante el desarrollo de esta nota, intentamos explicar un fenómeno que es real y cotidiano, que puede tocar muy de cerca nuestra conciencia y es posible que lleve a hacernos una pregunta existencial: ¿Es posible que cada ser humano se aparte de la realidad misma, y cree un mundo propio, paralelo en sí mismo? La respuesta es sí, y si cada hombre o cada mujer indagaran al menos un poco dentro de su cabeza más de uno encontraría semejanza en algunos comportamientos característicos del autismo.A partir de este momento en vez de temerle a lo desconocido indaguemos en ello, en nuestro ser interior, seguro que allí se descubrirán cosas inimaginables.



Dibujando el habla.


Cursando seminario de discapacidad, una de la materias de segundo año de la carrera de periodismo y comunicación Social de la Universidad Nacional de la Plata, conocí en una de nuestras visitas a una escuela especial, un chiquito de aproximadamente 8 años que padece autismo. Hablando con sus maestras, me contaron el por qué de algunas de sus actitudes, hecho que me motivo a realizar la nota anteriormente descripta.
La criatura no hablaba con personas mayores, se limitaba a dibujar y comunicarse con sus profesores mediante dibujos, gestos y escritos. Lo más curioso de todo fue observarlo durante el recreo, era en el único momento donde podía escucharse su leve vocecita, hablando con sus compañeros. A la hora de volver a clase, esas risas y vocecita suave, se convertían en una timidez increíble, el callaba y volvía a dibujar.
Este pequeño anexo a la nota central, tiene como objetivo sólo contar una pequeña experiencia que vislumbra claramente la cotidianeidad de esta patología, que lejos de ser algo que por momentos parezca irreal, convive en la sociedad pasando desapercibida.



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