viernes, 3 de octubre de 2008

Jóvenes, nuevas tecnologías y exposición

Dibujo: Por Ramiro Vitanzi

Por Lorena Suárez



La sociedad se escandaliza y los jóvenes desafían sus tabúes, muestran sus cuerpos e incluso el acto sexual como forma de libertad y de expresión.

Desde hace algunos años la aparición de las nuevas tecnologías como la INTERNET y los teléfonos celulares, han sido protagonistas de muchas polémicas; la más reciente y para algunos muy preocupante es la exposición sexual de los adolescentes y preadolescentes, quienes apoyándose en estos nuevos aparatos se filman, se fotografían y se exhiben en situaciones sexuales o provocativas.


En nuestras localidades hay bastos antecedentes que se hacen conocidos y notorios por la reducida población y el hecho que los vecinos todavía se conocen se saludan y de más está decir, saben vida y obra del vecino.


Lo cierto es que hoy un teléfono celular permite que dos adolescentes, que están en plena explotación de sus cuerpos, se tomen fotos o se filmen teniendo relaciones sexuales, las cuales pueden inesperadamente aparecer colgada de Internet.


Uno de los casos, conocido en la Comarca, esta referida a un novio despechado, que al ser abandonado decidió colgar en la Red, las fotos de su novia desnuda, que por cadena de e-mails en pocas semanas estuvo en el correo de la mayoría de los habitantes. Este caso, en un hecho que sienta jurisprudencia legal, generó que días atrás el joven fuera condenado a cinco años de prisión por exhibir las imágenes de su ex novia en un fotolog.


Pero la exposición de los adolescentes se va superando al ritmo de la tecnología y a este famoso caso se le sumó una serie de 34 videos de otra joven, a la que se puede ver teniendo relaciones sexuales y hablando sensualmente al lente del teléfono celular que tiene enfrente.


El último caso escandalizó a los vecinos, quienes no terminan de adecuarse a las nuevas formas de expresión, cuando se conoció en los medios: la historia de una niña de doce años que llevó a la escuela un teléfono celular y les mostró a sus compañeras imágenes eróticas con su novio, que habían capturado con el aparato de telefonía.


Si bien el despertar sexual en la adolescencia es un hecho que toda la población asume como normal y que de hecho los psicólogos aseveran, la exposición cambia los cánones de lo aceptado por la sociedad. Sin embargo el morbo de esa misma sociedad hace que cuando esta situación se conoce todos quieran ver el producto, consumir la exposición del otro.


Desde hace más de una década la exposición de la vida privada en los medios de comunicación se ha ido transfiriendo desde los famosos de la televisión y el cine a los vecinos comunes, quienes se prestan para contar sus historias sin importarles que un suceso de la vida se conozca en la sociedad.


A esto se le suma la pornografía que ya no tiene censura y se muestra a cualquier hora y por cualquier canal. A pesar de los píxeles que ponen en algunos casos para tapar partes púdicas, es evidente que los adolescentes e incluso los niños sepan de qué se trata.El sexo y la exposición se trasladan no porque los jóvenes de hoy sean más osados que los de otras generaciones ni porque los adolescentes estén cada vez más “perdidos”, sino porque hoy tienen las herramientas que les permite hacerlo.


Lo que se evidencia, con todas las nuevas modas que trae la tecnología, es la deficiencia que tenemos los adultos para afrontar estas nuevas formas culturales y tendencias jóvenes. Ni las familias, ni las escuelas parecen estar preparadas para hablar de una filmación casera de dos jóvenes teniendo relaciones sexuales sin escandalizarse catalogar al protagonista y juzgar a las familias por la educación. Sin embargo esta es una más de las manifestaciones jóvenes que se produjeron en todas las épocas, con la diferencia que no todos pueden acceder a estos aparatos de exposición.


Ser adolescente en la era tecnológica

Por Cecilia Miteff, estudiante de Psicología


La adolescencia es un momento de crisis por excelencia. La irrupción abrupta de los signos sexuales a nivel corporal, llamada pubertad, obliga al niño a elaborar una nueva imagen de si-mismo. De este modo debe dejar de ser niño para ser adulto. Este proceso simultáneo de duelo de la niñez y aceptación de nuevo cuerpo, produce una crisis de inseguridad que no puede más que manifestarse violentamente en el escenario social, La tendencia de fotografiar y filmar “todo” lo que se hace, puede pensarse como el resultado de esa crisis que trae aparejada la indecisión de no saber bien “quien” o “que soy”. Este complejo fenómeno de construcción de la identidad se conceptualiza desde el psicoanálisis como “proceso de identificación” y se lleva a cabo mediante la incorporación de rasgos y conductas de Otros, tomándolas para la configuración de la propia identidad, la propia imagen.


¿Jacques? Lacan llama “Estadio del espejo” a un suceso que se da en los primeros meses de vida, planteando que si se coloca a un niño frente al espejo, éste inmediatamente comienza a sonreír por el júbilo de verse completo, es decir por la alegría de ver que posee una imagen. Esto se traslada al período adolescente en el que el joven debe aceptar su nuevo cuerpo y con ello configurar su nueva imagen. El júbilo de verse reflejado siendo “ese”, el de la foto o el video, lo deja capturado y bajo la necesidad compulsiva de repetir una y otra vez la placentera experiencia.


La crisis que sufre el adolescente ha existido en todas las épocas pero la diferencia recae sobre los medios con los que hoy cuenta para atravesarla, donde prima la fascinación por lo inmediato y el consumo desmedido de imágenes, con un escenario social en el que las normas se diluyen. Es así que se sirve de la gran oferta tecnológica de la actualidad para realizar este proceso en el que además se construye su vida sexual, ésta fluctúa entre la capacidad para realizar actos de modo autónomo, como el adulto próximo a ser y la irresponsabilidad propia del niño que está dejando de ser.


Así la tendencia a filmar actos sexuales casi como un juego nos muestra esta oscilación donde parece confundirse el niño con el adulto y donde se superpone la esfera pública con la privada.



Las nuevas tecnologías y la escuela

Si bien las nuevas tecnologías y la exposición en éstas por parte de los adolescentes es un proceso que se debe transitar en toda la sociedad, principalmente en la familia. La escuela es la caja de resonancia de las prácticas de los adolescentes tanto con los teléfonos celulares, como con la Internet.
Por este motivo, Huilliches habló con la inspectora en Jefe del partido de Patagones, Raquel Incaminato, a fin de ahondar en las reacciones de la escuela ante estos usos.

- ¿Cómo reacciona la escuela con la utilización de las nuevas tecnologías?
- La escuela ofrece resistencia a lo desconocido, siempre. Con la incorporación del celular en la sociedad nos encontramos con que los alumnos sabían más que los docentes, entonces hubo un conflicto a lo largo de estos años y de todo un proceso de acomodamiento, donde ya el docente deja de tener el control absoluto de todo. Por eso la orientación y la capacitación a los docentes para utilizar estas nuevas tecnologías en función de los saberes adquiridos, sino estás afuera. Lo que los docentes debemos hacer es adecuar los contenidos a las nuevas tecnologías y utilizarlas en función del aprendizaje.


- ¿Cómo reacciona en relación a la exposición sexual en Internet y mediante filmaciones de celulares?
- Todas estas cuestiones generan conflictos, la escuela es parte de la sociedad y es algo que se repite en todos los órdenes. Reacciona en principio, con asombro, como le debe pasar a los padres. Todo es absolutamente mediático, todo está mediatizado, los pibes necesitan manifestarse a través de la pantalla. Muchas veces decimos que hace 20 años los pibes no se manifestaba, lo hacían pero de otro manera.


- ¿Por qué cree que se da esta exposición?
- Esto les da una supuesta libertad, porque no es una libertad completa; tal vez porque no se le generen los espacios necesarios desde lo institucional, esa es una discusión permanente, el hecho de ir readecuando la escuela a los nuevos escenarios. Pero esta nueva metodología de exponerse no es algo que le atañe sólo a los chicos, es una metodología de los adultos y de la sociedad misma desde hace algunos años. Hoy por hoy la exposición está desde el momento en que las personas realizan denuncias en las radios sobre problemáticas institucionales, donde las personas pasaron primero por los medios y después se acercan a las instituciones.


- ¿Cree que el sexo dejó de ser tabú y por eso los chicos se exhiben?
- Yo no soy socióloga, pero creo que el sexo sigue siendo tabú, por más que se muestre. No es que haya más o menos sexo, lo que está desvirtuado es el tema. Los chicos son más naturales y más abiertos, pero hay que orientarlos en función de eso; está bueno el contexto que tiene que ver con el amor, con la comprensión y con la no agresión, porque el sexo aparece hoy con una carga de mucha agresividad.


- ¿Qué tanto saben de sexo los chicos?
- Uno en el imaginario cree que por los medios de comunicación los chicos están informados, pero no es tan así porque eso es lo que vemos en la escuela; el sexo no es tan real, es demasiado virtual.

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