Las fobias son patologías que se generan en la persona como miedo irracional, desproporcionado e incontrolable la mayoría de los casos. Esta patología fóbica se puede dar frente a cualquier objeto o situación e incluso ante cualquier persona.
Como modo de clasificación, podemos distinguir distintos tipos de patologías fóbicas consideradas las más comunes como la claustrofobia, las fobias específicas, la social, la agarofobia, a valorar, a los insectos o animales y al contacto. Pero específicamente existe un extenso número de patologías que genera la fobia.
En modo analítico podemos definir a las fobias como esa sensación de tener miedo, de temerle a algo o alguien, a tal punto de sentirse completamente paralizado ante el agente que causa esta patología. El individuo es partícipe de un ataque nervioso en muchos casos, en otros a veces esos nervios de estar frente a lo temido provoca un estado de alerta emocional, corporal e incluso mental.
Existen casos extremos de patologías profundas en las personas, que ante la presencia del objeto, sujeto o situación puede llegar a desvanecerse completamente hasta caer en el desmayo, o incluso sufrir un ataque cardíaco, porque es tanto el miedo hacia eso que estamos viendo que el organismo se reprime y paraliza.
El estar frente a eso que nos causa tanto temor, provoca la aceleración del pulso cardíaco, un sudor intenso y una sensación de no poder salir de esa situación en la que nos encontramos.
Pero existen tratamientos especiales para tratar estas patologías, que si no son tratadas por un profesional, pueden provocar daños en la salud y en nuestro organismo.
“Mamá tengo miedo de ir a la escuela”
Si bien no es tan común en todas las personas, la fobia social surge principalmente en la adolescencia, etapa en la que nos exponemos a diversas situaciones frente a otras personas.
La fobia social es un intenso miedo a sentirse humillado o despreciado en relaciones sociales, como por ejemplo un adolescente que no quiere pasar al frente de la clase a exponer, o bien esta incomodo en esa fiesta donde no quiere bailar por temor a sentir la humillación y la risa del resto. Esto genera que los jóvenes no deseen asistir a la escuela, al club o a cualquier ámbito donde se sienta presionado y juzgado por los demás.
Como mencionamos esta patología fóbica social puede comenzar en la etapa de la adolescencia, aunque en algunos casos se da antes, cuando niño o jóvenes se sienten presionados por la mirada del resto, por ello tiene miedo de actuar de tal modo que quede en una situación vergonzosa.
La persona que sufre la fobia social siente que las demás personas que están a su alrededor son muy competentes en público y que ella no lo es. Es decir, que aquellos pequeños errores o equivocaciones que comete la persona con fobia social puede parecerle a ella muy exagerada de lo que es en realidad. Se siente constantemente observado por el resto y alerta a todas las situaciones y gestos de los demás ante cualquier cosa que la persona realice.
Este tipo de patología no sólo se da en la adolescencia, sino que también afecta a personas mayores, que pueden sentir ese miedo más específico como sentir mucha ansiedad al momento de hablar con el jefe o alguna autoridad, o bien al momento de dar un discurso.
El tipo de fobia social más común es la de tener miedo de hablar en público y sentirse observado todo el tiempo. Las personas que poseen esta patología no necesariamente son tímidas, incluso pueden sentirse cómodas con otras personas, pero en situaciones especiales con personas desconocidas es donde demuestran esa ansiedad y esa sensación de sentirse observado.
Fobias específicas e incontrolables
Este tipo de patología se especifica con mayor intensidad e irracionalidad con determinadas situaciones u objetos, animales o insectos, como el miedo a los perros, gatos, arañas, espacios cerrados, al agua, a la sangre o a las alturas. Estos tipos específicos de fobia son los más frecuentes en las personas, pero existe un gran número de distintas fobias específicas.
En este caso las personas que padecen algún tipo de fobia específica no solamente sienten miedo extremo sino que son más irracionales y por lo tanto incontrolables. Con frecuencia enfrentarse a situaciones u objetos que ocasionan este estado de alerta, provocan un ataque de pánico o ansiedad severa.
Las fobias específicas a tacan comúnmente a las mujeres, aunque los hombres no están exentos de estas patologías. Estos miedos específicos lo padecen más de una de cada diez personas, es decir que siempre alguien de la familia las padeció o las padece, aunque varían de persona en persona, puede ser grave, aguda o un principio de una patología fóbica.
Respecto a los tratamientos para contrarrestarlas, muchas personas no sienten la necesidad de hacerlo, sino que por propia voluntad comienzan a enfrentar eso que le causa miedo e intenta superarlo por sus propios medios. Aunque el tratamiento psicológico es muy útil para enfrentar ese miedo.
Tipos de fobias específicas
Si es por enumerar una los tipos específicos de fobias podríamos realizar una extensa lista. Algunos tipos fóbicos y los más comunes son: miedo a lavarse o bañarse, a vomitar, a las flores, a los libros, al pelo, a los cristales, a ir a la escuela, a desnudarse delante de alguien, a la iglesia, a los espejos o a verse en un espejo, a los animales, a los insectos, al trabajo, al sexo o las preguntas sexuales, a la risa, a los discursos en público, a las mujeres, a los hombres, al infierno, a la homosexualidad o de llegar a ser homosexual, a la altura, al vértigo o al mirar abajo, entre tantos otros.
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