domingo, 15 de marzo de 2009
Tenencia y consumo de marihuana - Fallo: ¿Despenalización o castigo?
Por Marcos Saldaña y Alejandro Azaroff
En poco tiempo, la Corte Suprema de Justicia dictaminará sus fallos a favor o en contra de la propuesta del gobierno nacional. Si se aprueba, la cuestión pasaría al Congreso de la Nación. Cómo se plantea el tema en la región y que opina la comunidad.
Generadora de negocios millonarios e ilegales, usos terapéuticos y consumos por placer, la marihuana ha ocupado y ocupa el punto central de la discusión entre distintos sectores de nuestra sociedad. Esta discusión involucra al gobierno nacional y los provinciales, a las instituciones religiosas, protestantes, progresistas y conservadoras como así también a organizaciones no gubernamentales.
Vayamos entonces al porqué de la polémica que genera tanto debate en la sociedad. Como mencionamos al comienzo, hay instituciones y personas que apoyan la acción de terminar con la penalización por tenencia y consumo personal de marihuana. Estas promueven el consumo por diferentes argumentos pero no solventan el negocio y la venta de la sustancia. La argumentación de esta postura, es que se terminaría con el negocio del narcotráfico en nuestro país, o por lo menos una buena parte de el.
Por otra parte, los sectores que plantean la no despenalización de la marihuana, afirman que se generaría un consumo masivo y abierto en jóvenes, niños y adultos, provocando un proceso negativo de la sociedad a través de una inactividad en aquellas personas que la consumen.
El efecto que causa la posible despenalización al consumo personal de marihuana es tan fuerte que ha pegado en varios sectores de la sociedad argentina.
El tema será tratado en pocos días por la Corte Suprema de Justicia de nuestro país, donde ya parece haber coincidencias marcadas entre los magistrados para darle la aprobación al proyecto presentado por el gobierno Nacional.
En ese sentido, si se aprobara durante el fallo, la tenencia de drogas para consumo personal no deberá ser sancionada penalmente, lo que conllevará que tener drogas en pequeñas cantidades no constituya un delito, quedando aquellos consumidores desligados de la persecución penal. Aunque la decisión final para saber si se aprobará o no esta cuestión aún no es acertada.
Según la medida impulsada se reemplazaría la sanción a aquellas personas que consuman marihuana individualmente por la asistencia médica.
Por ello, nos abocamos a esta discusión, para tener un acercamiento sobre cómo repercute en la comarca este hecho social que trasciende las fronteras del país y se internacionaliza al mundo.
Si bien el hecho de que las personas consuman esta droga no está penalizado, si lo está la tenencia, lo que genera una contrariedad en la penalización actual. ¿Se puede consumir, pero no tener la droga?
¿Prohibir genera más consumo?
El hecho de prohibir la tenencia de marihuana provoca e induce a que quienes consumen la sustancia corrompan las leyes, generalizando el núcleo de consumidores de manera tal que el gran negocio de la venta ilegal vaya aumentando a pasos agigantados.
Analizándolo desde otra perspectiva, si se despenalizara la tenencia en cantidades mínimas para el consumo personal, ¿habrá menos detenidos por portar esa sustancia?
Consumo regional
A pesar de que no se muestre abiertamente, en las ciudades de Carmen de Patagones y Viedma se registra un alto consumo de marihuana, más allá de que la tenencia sea ilegal.
Seguramente usted estará pensando que esta situación no se da en la magnitud en que lo decimos, pero según datos revelados en diversos estudios se demostró que el consumo de marihuana se da casi de igual manera que el de los cigarrillos comunes, sólo que muchas personas no lo demuestran y ocultan ser consumidores de esa sustancia, tal vez por el miedo a ser juzgados por la sociedad o tener que rendir cuentas ante la justicia.
Durante los últimos cuatro años en la ciudad de Viedma fueron varias las personas detenidas en procedimientos policiales por poseer sustancias, al igual que en Carmen de Patagones.
Muchos viajantes, turistas y residentes tienen antecedentes por portar marihuana, en pequeñas cantidades.
Por otra parte, datos periodísticos demuestran que se han realizado diversos allanamientos en posibles centros de venta, mediante lo cual se puso en evidencia parte del circuito de la droga en la ciudad y por sobre todo el gran consumo que se genera.
En estos allanamientos se ha podido constatar el secuestro de plantas de marihuana, como así también en grandes y pequeñas cantidades listas para el consumo.
Testimonio de un consumidor
Juan, de 27 años, contó que comenzó a consumir marihuana a los 18. Sin prejuicio alguno nos detalló varias preguntas ligadas al consumo de la sustancia.
H- ¿Qué sensación tuviste cuando probaste marihuana por primera vez?
J- La primera vez que experimente me dolía la cabeza, se me bajó un poco la presión, pero la segunda vez me enamoré. Me di cuenta que era para mi, que me sentía identificado y que su uso no iba a dejar de permitirme hacer las cosas que yo tenía que hacer. Si bien se produce un cierto grado de inacción fumando continuamente, haciendo uso y no abuso no genera grandes inconvenientes ni secuelas, ni es la puerta de entrada a otras drogas duras como cocaína, pasta base o LSD.
H- ¿Te consideraste alguna vez un consumidor en exceso?
J- Tuve una etapa de dos años que fumé mucho y repercutió en mí, porque el grado de inacción de una u otra manera me afectaba. Llegué a fumar dos o tres cigarrillos de marihuana por día interrumpidamente.
H- ¿Cómo transcurrió ese tiempo en tu vida?
J- No era la misma persona, porque la marihuana tiene un efecto estimulante, de relajación, te deja los ojos rojos y el exceso te provoca sueño, te pone idiota, por eso mucha gente denomina como una falsa euforia el efecto que le produce el fumar.
En definitiva es una planta de la naturaleza para que el hombre haga uso y no abuso de la sustancia.
H- ¿Tu familia sabe que consumís?
J- Saben que soy consumidor activo hace 7 años; cuando lo descubrieron sintieron un dolor muy grande y hoy me dan a entender que si quiero fumar que me cuide, que lo haga dentro de los parámetros normales y no exceda ningún límite, ya que tampoco pueden exigirme porque soy mayor de edad.
H- ¿Crees que en Viedma y Patagones, hay mucha gente que consume?
J- Hay gente mayor de edad que consume marihuana y conozco varias personas que tienen una planta en su casa. Pero calculo que el promedio de las personas que empiezan a fumar va de los 14 a los 16 años.
H- ¿Consideras qué es una droga social?
J- Si, totalmente, lo es hace mucho tiempo. Lo que sucede es que la sociedad y los medios no lo sacan a la luz; pero sí, es una droga social en el mismo orden que el alcohol y el tabaco.
H- ¿Qué opinas de la despenalización?
J- Me parece bien que la persona que tenga marihuana en su poder para uso personal pueda utilizarla en su entorno privado. La Ley de Despenalización para consumo personal es un golpe de efecto al narcotraficante.
Un recorrido por los fallos
Casi la mitad de las causas por drogas registradas en nuestro país, el 47 % son iniciadas contra aquellas personas que portan en pequeñas cantidades. El dato fue registrado tras distintos controles que se han efectuado en recitales o en recorridas nocturnas, según datos oficiales de la Corte Suprema de Justicia.
En 1978, durante la dictadura, se estableció que era constitucional sancionar la tenencia de drogas para uso personal.
En 1986, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, la Suprema Corte examinó nuevamente la cuestión y firmó un fallo donde opinó lo contrario, y emitió la inconstitucionalidad de penalizar la tenencia de estupefacientes en pequeñas cantidades.
En 1990, durante el gobierno de Carlos Menem, una Corte con otra composición volvió a penalizar la tenencia.
Ahora en el 2009, la Corte vuelve a replantear los argumentos del fallo del `86 y despenalizar la tenencia para consumo personal por ser considerado "actos privados de los hombres, que no ofenden la moral pública o afectan a terceros" y por lo tanto, como establece el artículo 19 de la Constitución, quedarán al margen de la acción penal.
Otro fallo a favor de la tenencia
Hace no más de dos semanas, la Cámara Federal sobreseyó a una pareja que poseía cuatro macetas con la planta de marihuana en su domicilio cultivado para consumo personal. Los jueces que trataron el caso declararon la inconstitucionalidad de la norma que reprimía esa acción con penas que alcanzan los 15 años de prisión.
En ese sentido, el inciso "a" del artículo quinto de la ley 23.737, conocida como "ley de drogas" que castiga a quien "siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes, o materias primas, o elementos destinados a su producción", fue declarada como inconstitucional al sostener que no es punible la tenencia para consumo personal.
En la sentencia se argumentó que "la tenencia no afectó ni puso en peligro, siquiera en modo potencial, la salud pública", con la constancia de que el sumario "no afecta el buen nombre y honor" de los jóvenes.
“SOBRE LA PROHIBICIÓN”
Despenalizar el consumo de marihuana, o dicho de otra manera, liberarlo, es un signo más de la confusión de nuestra época para ofrecer un camino hacia el bienestar socio-económico de los más jóvenes.
La “Droga”es un mismo y solo objeto que asume manifestaciones diversas: marihuana, cocaína, pegamento, cerveza, LSD, etc.
Liberar el consumo en nombre de las libertades individuales, la supuesta baja nocividad de la marihuana o la sobrecarga de trabajo del sistema judicial por causas de tenencia, son argumentos que promueven un debate que no reporta beneficio alguno para los jóvenes involucrados.
El que se droga está “solo” en relación a su objeto. Altera su percepción para anestesiar su dolor, anula su deseo. Se aísla, habla para no decir nada. No modifica su realidad material.
La droga es autoerótica, es egoísta: reclama exclusividad.
Desde los años 60 a través de la “cultura rock”, se ha hecho creer que consumir drogas es un acto de rebelde libertad individual. Si todos están “faseados” mejor, porque no protestan ni se organizan.
La Droga como objeto, subsume a los sujetos en realidades individuales placenteras, pero inofensivas para el Poder.
Las prohibiciones son necesarias porque regulan la vida social, alivian el malestar en la cultura. No se puede hacer cualquier cosa.
El Estado no puede seguir retirándose de la vida pública.
(*) Lic. Pablo García Muñoz. Psicólogo. M.N: 32.608
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