Todavía no hay brote, pero según los especialistas es importante estar atento a los síntomas.
Pero primero: ¿qué es la meningitis?. Clínicamente es la inflamación de las meninges que son las membranas que cubren el sistema nervioso central, es decir el cerebro y la médula espinal. Las meninges están bañadas en un líquido (líquido cefalo-raquídeo) y protegen el cerebro.
La inflamación de las meninges, en prácticamente todos los niños con meningitis, está causada por una infección. Los gérmenes responsables de las infecciones que pueden ocasionar meningitis, salvo muy raras excepciones, son virus o bacterias. Cuando se presenta la enfermedad los síntomas, tanto de la meningitis viral como de la bacteriana, son similares. Fiebre alta, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, fotofobia o molestia al mirar la luz, vómitos, irritabilidad, sueño o confusión; todos estos son síntomas de meningitis. A veces puede acompañarse de manchas en la piel, puede haber compromiso encefalítico, con una alteración de la conexión neurológica, y convulsiones.
Cuando se diagnostica una meningitis –a través de la punción lumbar–, no se puede determinar desde el principio de cuál se trata, dado que la viral y la bacteriana presentan los mismos síntomas. El pronóstico de la enfermedad indicará qué tipo de meningitis es: la bacteriana suele continuar progresando en cambio, en el caso de la viral, los síntomas se estacionan de inmediato y se van reduciendo.
Los casos más graves se dan cuando se produce una infección generalizada a través de la sangre: este cuadro se llama meningoccemia. Esta enfermedad puede atacar a grandes y chicos, pero los que presentan más complicaciones son los niños menores de un año. Para que haya contagio tiene que haber un contacto estrecho y prolongado con la persona que se enfermó.
Existe una vacuna que está incluida en la cuádruple, que se aplica a los 2, 4, 6 y 18 meses de vida. Para la meningitis provocada por neumococos existen dos vacunas no incorporadas al calendario oficial. Su aplicación depende de la decisión del pediatra y de los padres. Como las dos tienen una efectividad del 70 por ciento y su costo es alto, el Ministerio de Salud no la incorporó dentro del calendario. Las empresas de medicina prepaga y obras sociales tampoco las cubren.
Lo importante con este tema es no alarmarse, pero si estar atento y acudir a profesionales en el caso de la aparición de algún síntoma. Cuanto más rápido sea el diagnóstico mejor va hacer el pronostico.
¿Qué es la meningitis?
Es una enfermedad infecciosa que afecta el sistema nervioso de causa variada: viral, bacteriana y parasitaria. Cabe destacar que la causa mas frecuente es la viral.
Se transmite generalmente de persona a persona a través de material contaminado con secreciones respiratorias y por vía fecal-oral.
Ante el caso de meningitis el sistema de salud cuenta con los medios necesarios para determinar la etiología (germen causal) para luego iniciar acciones tales como tratamiento, control y seguimiento del paciente enfermo y los contactos.
Se define como contacto a toda persona que comparte más de 20 horas semanales con el paciente; por ejemplo: convivientes, compañeros de aula y de centros de cuidados infantiles.
La prevención antibiótica a los contactos sólo se indica si la causa de meningitis es bacteriana, y, dentro de éstas, en los casos donde se confirman Haemophilus influenzae o Meningococo como agente causal.
¿Se puede prevenir?: en realidad se puede disminuir el riesgo de enfermedad manteniendo los controles de salud al día, con vacunación completa, mediadas de higiene, ambientes ventilados, etc.
¿Con que vacunas contamos?: contra la Haemophilus existe la vacuna cuádruple bacteriana incluida en el Calendario Nacional de Vacunación, que se aplica a los dos, cuatro, seis y dieciocho meses.
Las vacunas antimeningococo y antineumococo tienen indicaciones específicas y no se encuentran en el Calendario Nacional de Vacunación.
Ante una meningitis de etiología viral, a germen común, no hay tratamiento antibiótico ni vacuna.
Hasta el momento, el número de casos en nuestra zona y a nivel nacional son los esperados para la época del año, lo que significa que no estamos frente a un brote epidémico.
Es bueno recordar que el desconocimiento genera temor, y la mala información confusión.
Aunque repetida pero necesaria, la frase “ante cualquier duda consulte a su médico” es adecuada en esta circustancia.